Origen de la cantata

La cantata como forma surge en Italia a comienzos del siglo XVII en la música profana. Concebida preferentemente para solista o para dúo de cámara con acompañamiento de bajo continuo¹⁾ o grupo instrumental, consistía en la alternación de dos diferentes estilos melódicos: el recitativo y el aria. El recitativo²⁾ es una declamación del texto donde la palabra predomina sobre la música. El aria, en cambio, que deriva de la canción, da prioridad a la música y al desarrollo melódico.

          ¹⁾ EL BAJO CONTINUO
Método de acompañamiento empleado en los siglos XVII y XVIII en el cual se indican solamente las notas del bajo, junto con cifras que designan los intervalos y acordes que deben ejecutarse. Como este acompañamiento se extendía a lo largo de toda la obra se lo denominó «bajo continuo”. Los acordes se ejecutan en un instrumento de teclado (órgano, clave) o también en laúd o tiorba; la línea del bajo es reforzada, según los casos, con violoncello, viola da gamba, fagot o contrabajo (violone).
          ²⁾ EL RECITATIVO
Entre los distintos estilos de recitativo se distinguen: el recitativo secco, que utiliza únicamente el acompañamiento de bajo continuo, cuyas armonías sirven de mero apoyo a la declamación del cantante; el recitati­vo accompagnato, que incorpora las cuerdas u otros instrumentos de la orquesta y tiene un carácter mas expresivo; y el recitativo arioso o simplemente arioso, de estilo más cantable y cercano al aria, generalmente usado como sección conclusiva de un recitativo secco para subrayar algún aspecto particular del texto.
Hacia 1700 la cantata es adoptada en Alemania, con la introducción de versículos bíblicos o textos piadosos, entroncándose con la tradición del «concierto espiritual» basado en el antiguo motete polifónico. Al mismo tiempo, se incorpora el coral colectivo —centro de la expresión musical luterana— que junto a los nuevos modelos de la música instrumental (oberturas, sinfonías, conciertos, suites, fugas, etc.) son aprovechados por Bach y sus contemporáneos para conformar diversos tipos de cantatas de iglesia. La cantata así formada llegó a ocupar un destacado lugar en el oficio religioso protestante y su ubicación preferida era entre la lectura del Evangelio y la prédica del pastor.

 

El término Cantata en Bach 

Curiosamente Bach designó con el nombre de Cantata sólo aquellas obras escritas para un único solista vocal. Las escritas para dos voces llevan generalmente el título de Dialogus y las que tienen más voces, Concerto o Motetto. Los historiadores y editores unificaron posteriormente estos títulos bajo el término genérico de Cantata.