Las cantatas constituyen el núcleo fundamental de la creación de J. S. Bach, representando más de la mitad del total de sus obras conservadas. Por esta razón, la Academia Bach ha puesto desde sus comienzos un especial énfasis en el estudio y presentación de las cantatas del Cantor.

Se ha dicho, que quien desee conocer a Bach en toda la amplitud y profundidad de su genio, deberá recurrir a sus cantatas, forma musical que cultivó a lo largo de toda su vida. Ciertamente, en ellas se encuentra condensado lo más sustancioso de su producción artística, su profunda convicción religiosa y su espíritu esencialmente didáctico.


Los ciclos de Cantatas de J. S. Bach
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Según una crónica de su hijo, Carl Philipp Emmanuel, Bach compuso cinco ciclos completos de cantatas sacras, entendiéndose por ciclo la totalidad de cantatas necesarias para todos los oficios religiosos de Domingos y Fies­tas de guardar de un año litúrgico. De esta manera, el número total de cantatas religiosas compuestas por Bach llegaría aproximadamente a 300, de las cuales, según las últimas investigaciones, solo 194 se han conservado. Estas ofrecen una gran variedad de recursos técnicos, formales y expresivos. El número de intérpretes varía; se encuentran cantatas para solos vocales con uno o más instrumentos, en forma de diálogo, y composiciones para tres o más voces solistas con o sin coros.


Los libretos

Las letras de las cantatas, tomadas en su mayoría de colecciones de poesías piadosas, a menudo con un lenguaje exagerado en figuras retóricas, tenían sin embar­go la virtud de sugerir a Bach una cantidad de ideas e imágenes muy elocuentes para su representación en símbolos sonoros, que muchas veces magnificaba para dar realce al Evangelio del día. Por ello, para una mayorcomprensión de cada cantata, es imprescindible leer el pasaje del Evangelio correspondiente, con el que se relaciona generalmente el texto del libreto, lo que permitirá luego una mayor aproximación al lenguaje musical simbólico de «El músico poeta», como Albert Schweit­zer subtituló su libro sobre Bach. 3)

             3) Edición Ricordi (Melos)


La numeración de las Cantatas según el catálogo BWV
 

Actualmente, la numeración del BWV o Bach-Werke-Verzeichnis (Indice de las Obras de Bach) es el más utilizado internacionalmente. Este Catálogo temático sistemático de las obras musicales de J. S. Bach fue confeccionado en 1950 por el musicólogo Wolfgang Schmieder y constituye la ayuda y orientación fundamental para la obra del compositor. Fue encargado al autor por la editorial Breitkopf & Härtel sobre un trabajo preliminar de 12 años preparado por Johannes Wolgast y Paul Rubardt; la obra lista para su impresión fue destruida junto con el manuscrito en un ataque aéreo sobre Leipzig a fines de 1943. Gracias a las planchas de imprenta conservadas y unas pruebas de galera del año 1938, el trabajo fue retomado al finalizar la segunda guerra mundial y terminado para el aniversario de Bach en 1950.

La numeración del BWV no refleja una progresión cronológica. La catalogación está dividida por géneros: Obras vocales, Instrumentales, Música de Cámara, etc. Por lo tanto, el número BWV 1 corresponde a la Cantata “Qué hermoso brilla la estrella matutina”, obra compuesta en 1725, mientras que la más antigua cantata que se conserva de Bach, escrita probablemente en 1707, “Desde la profundidad te llamo”, lleva el número BWV 131. En realidad, los primeros números del BWV coinciden con el orden en que fueron apareciendo las cantatas en los primeros volúmenes de la famosa Bach-Ausgabe (Edición Bach) iniciada por la Bachgesellschaft (Sociedad Bach) en 1850. 


La cronología
 

Ha sido el mérito de otros musicólogos, entre ellos, Alfred Dürr, el haber intentado una numeración cronológica de las cantatas. Uno de los datos fundamentales es la fecha de la primera audición de una obra. También fueron objeto de examen las marcas de agua del papel utilizado por el compositor y sus copistas, a la vez que son de gran valor las investigaciones crítico-estilísticas de las obras.


Vigencia de las cantatas de Bach
 

Las cantatas fueron compuestas para el servicio divino relacionado con las lecturas bíblicas y se dirigía a la comunidad de su momento . Este sentido se plantea siempre nuevamente, aunque su destino se ha ampliado. Escuchar una cantata por el mero placer de la música, es conocer apenas una parte de su contenido. Lo extraordinario de la música de Bach es que va más allá de las fronteras religiosas o ideológicas. Ella anuncia la gloria del creador pero también habla de la fragilidad de la existencia, de la muerte y la esperanza. Llama a la reflexión sobre los grandes temas del hombre. Como escribió Helmuth Rilling: “La música de Iglesia de Bach no es ningún cómodo almohadón para descansar”. Es, según el propio Bach, una música para la “recreación del espíritu”. El incentivo para un nuevo orden de reflexión sobre Dios y sobre el hombre y un estímulo para nuestra propia comprensión.